A muchos de mis amigos no triatletas les sorprende especialmente que para algunos IRONMAN haya que inscribirse a un año vista, sin todavía saber muy bien que va a ser de nuestras vidas, pero incluso les sorprende aún más el precio que nos cobran por ello. Pagar 400 euros o más por hacer este tipo de pruebas puede parecer una locura, pero todo depende de la satisfacción que a uno le pueda producir en lo que uno se gasta el dinero. A algunos nos parece una barbaridad que se paguen esos precios por ver un partido de fútbol, por muy especial que sea, porque se repite varias veces al año y el placer que recibes es limitado, o al menos a mi me lo parece. Es evidente que algunos futboleros les puede parecer razonable. Yo prefiero gastarme mi dinero en otras cosas. Por suerte, en el mundo no todos pensamos igual. Si no, el fútbol o, lo que es peor, los IRONMAN podrían ser incluso más caros.
Partiendo
de la premisa de que cada uno puede gastarse su dinero en lo que quiera, que
para eso es suyo, yo siempre he defendido que el triatlón es mucho más barato
que lo alguna gente puede creer. Pero, sin embargo, quiero que seas consciente
que puede llegar a ser inmensamente más caro de lo que muchos pueden imaginar.
Todo depende de tus elecciones.
Hace
ya algunos años, mis amigos Carlos Ramírez, Cuny Antúnez y su novio Sevi, mi
mujer Natalia y yo, salimos a un viaje-aventura que nos llevó, primero, a
Budapest y luego a Nagyatad, para hacer el Xtrememan.
Es una prueba de distancia IRONMAN de las más antiguas de Europa y fue absolutamente
deliciosa porque lo que allí vimos no lo he visto en ninguna parte.
Llegamos
con nuestras bicis de carbono, nuestros monos brillantes, ajustados, perfectos,
nuestras Oakley de 200.-euros, nuestras zapatillas voladoras,... Y nos
encontramos con un IRONMAN en blanco y negro, como de cine de barrio. Bicis de
acero, maillots amplios, largos, con los bolsillos llenos de cosas, muchos de
ellos sin neopreno… Aquel día cuando llegué a meta y vi a todos los que habían
llegado delante de mi y con qué material lo habían hecho, aprendí que jamás daría más importancia a mi material
que a mi preparación.
Para
el día de la prueba elige la ropa con la que te sientas más cómodo. Si crees
necesario cambiarte de ropa en las transiciones hazlo tranquilamente. Si tienes
las cosas bien organizadas apenas te consumirá unos minutos pero te ahorrarán
que pases incómodo unas cuantas horas.
Elige
el material que necesites, pero, salvo que el dinero te sobre, elígelo con sentido común. Hay material
realmente bueno a precios muy asequibles, incluso para algunas cosas la segunda
mano puede funcionar muy bien. Valora si merece la pena pagar el doble por una bici
(¡y hablo de miles de euros!) por ahorrar unos gramos o presumir delante de tus
amigos. Demuestra que eres un Triatleta Razonable (ver lección 1) también en
esto.
Por
eso, me divierte muchísimo leer cosas en internet sobre el llamado “tripostureo”. Me reconozco en muchas de
las cosas que dicen que hacemos los triatletas y, a veces, lo admito, me
puedo llegar a sentir ridículo. Pero es como cuando ves una foto de hace años y
ves que vas vestido con aquella camisa o aquel pantalón que tanto te gustaban y
te preguntas ahora cómo tenías el valor de ponértelos sin pasar vergüenza. La
moda es así e incluso creo que vestirnos así, de triatletas, nos hace sentirnos
que formamos parte de un grupo, nos
identifica, nos hace sentirnos especiales. Lo sé, una solemne tontería,
pero somos así, humanos defectuosos.
Pero
una cosa es gastarse unos euros en unas gafas, una visera o unas medias de
comprensión y otra, mucho más absurda, un dineral en una bicicleta con
prestaciones muy similares a otras mucho más baratas. Hasta en lo absurdo hay categorías,
lo muy absurdo y las pequeñas cosas
absurdas que nos hacen felices.