En
1992 Bill Clinton se enfrentaba a George Bush (padre) en las elecciones
presidenciales americanas. La popularidad de Bush estaba en un 90%, un récord
histórico, debido fundamentalmente a su política exterior. James Carville, el
jefe de campaña de Clinton decidió que si había una remota posibilidad de
derrotar a Bush era centrándose en cuestiones de la vida cotidiana de los
ciudadanos, en sus necesidades más inmediatas. Fue así como se le ocurrió pegar
un cartel en la pared de las oficinas centrales de la campaña. El cartel decía:
“Es la economía, estúpido”. Clinton acabó derrotando a Bush y así es como ha
ido quedando la frase en la cultura americana y por extensión,
internacionalmente, para destacar lo esencial de una situación.
Como
derivación de esa frase, apareció la regla KISS!, acrónimo para Keep It Simple, Stupid! En esencia, defiende que las cosas más sencillas son las que generalmente mejor funcionan.
En
mis planes siempre intento que la planificación, la estructura y las sesiones
sean sencillas, sin muchas ni complicadas elaboraciones. La sofisticación tiene
que estar presente en el diseño del plan, no en el resultado final, en el plan
mismo. No concibo un triatleta que tenga que salir a entrenar con una hoja
donde lleve apuntadas series complejas y nomenclatura enrevesada. Las cosas
tienen que ser sencillas y, muy importante, divertidas. Podríamos resumir mi
filosofía de entreno en la frase Make It Simple, Make It Fun!
Siempre
insisto en que lo más importante cuando hagas triatlón es que disfrutes. Es
cierto que algunos días te costará madrugar para ir a la piscina, otros días no
te apetecerá salir con la bici sabiendo que te vas a mojar. Algunos lo
equiparan con cierto masoquismo, otros hablan de adicción a las endorfinas que
se segregan, sea lo que sea, lo cierto es que acaba produciendo una sensación
placentera. Todos vosotros sabéis de lo que hablo porque lo habéis
experimentado en mayor o menor medida.
Es
decir, incluso en esos días más duros el “retorno” de nuestra inversión en
tiempo y esfuerzo, digámoslo en términos financieros, es positivo. Nos compensa
con creces.
Por
el contrario, cuando no obtenemos “rentabilidad” emocional de nuestro
entrenamiento es que algo estamos haciendo mal. A veces es por la cantidad
(demasiadas horas de entreno que nos cuesta acomodar y coordinar con el resto
de facetas de nuestra vida como la familia, el trabajo o el resto de ocio), y
otras veces es por la calidad (entrenos demasiado exigentes que nos agotan y
nos hacen perder el deseo por seguir entrenando).
Sea
cual sea la razón, si el piloto rojo se enciende tienes que parar. Reflexiona,
analiza cuál o cuáles son las razones que te han llevado hasta ese punto y
ataca el problema de manera inmediata y decidida. Un recorte de horas de
entreno a tiempo o una reorganización de tus sesiones puede obrar milagros en
tu preparación y, sobre todo, en tu disfrute del entrenamiento, insisto, la
razón primera y fundamental de hacer triatlón.
Siempre
digo a mis amigos, ni un solo minuto de rebaja de tu marca final habrá merecido
la pena si para ello has tenido que dejar de disfrutar de tu entrenamiento. Make It Simple,
Make It Fun! RECUERDALO.
KISS= keep it simple and SMALL
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