miércoles, 22 de enero de 2014

LECCION 10: LA CARRERA o corre tan lejos como puedas


Wimbledon, 1987. Pat Cash acaba de derrotar al gran favorito del torneo, Ivan Lendl. Exhausto, borracho de alegría, es preguntado en la conferencia de prensa posterior por un periodista:

-Pat, si no lo hubiera visto, no lo habría creído. Lo conseguiste. Has ganado Wimbledon.

-Así es. Esa es la gran diferencia entre la mayoría de la gente y yo. Tú crees que tienes que verlo para creerlo. Yo creo que tú tienes que creerlo antes para poder verlo. Eso es una gran diferencia, ¿no?


Esta es la esencia del IRONMAN. Para poder terminarlo, primero necesitas creer que eres capaz de conseguirlo. Tienes que tener fe en ti mismo y esforzarte al máximo para conseguirlo. Y si hay una parte donde el reto se muestra desnudo, tal cual, es en el segmento de carrera. Cuando las fuerzas ya están agotadas, cuando crees que has dado todo, ahí empieza el verdadero IRONMAN. Es ahora o nunca.

 
El entrenamiento de la carrera de un IRONMAN difiere completamente de la preparación de cualquier otra carrera, ya sea aislada o en transición en cualquier triatlón de distancias inferiores. Los ritmos a los que correrás estarán muy lejos de los que teóricamente puedes realizar si no llevaras encima 3,8 kilómetros de agua y 180 de bici.

 
Por poner un ejemplo, mi mejor tiempo en maratón es 2:58. Sin embargo, mi mejor marca en maratón de IRONMAN es 3:27, es decir, 30 minutos más, casi 45 segundos más lento por kilómetro. Y os aseguro que no es un caso aislado.

 
En resumen, que la preparación tiene que ir enfocada a tener una carrera muy resistente, especialmente tras una bici exigente, aunque no es necesario que sea especialmente rápida.
 

Dado que los ritmos de carrera son relativamente suaves es suficiente dedicar a la carrera en torno a un 20%-25% del tiempo total de entreno.

Recomiendo hacer una carrera en transición semanal después de la sesión larga de bici (lo que los americanos llaman gráficamente "brick"), para acostumbrar las piernas a las sensaciones que encontraremos en los primeros minutos del segmento a pie. Treinta minutos suele ser suficientes.

 
Y otro día hacer una tirada larga de carrera, creciente hasta unas cuatro semanas antes de la prueba, llegando hasta unas dos horas de duración, no más.  Frente a algunos entrenadores que recomiendan hasta tres horas de tirada larga para el IRONMAN, yo creo que los riesgos de una lesión o, al menos, un excesivo desgaste, superan los posibles beneficios de una sesión tan exigente.

 
La sesión larga de carrera siempre la hago en split negativo. Es decir, parto la sesión en dos, generalmente un ida y vuelta, y trato de hacer la segunda mitad (la vuelta) más rápido que la primera (la ida). Eso tiene un doble efecto beneficioso: por un lado, me ayuda a ser más exigente en el tramo final, lo que me prepara para los momentos finales y duros del IRONMAN, y, por otro lado, acabo rápido, lo que, psicológicamente, se convierte en un excelente motivador para continuar el entreno los días siguientes.

 
Ambas sesiones son PINK DAYS (lección 7). Fuera de eso, considero que la capacidad aeróbica se puede conseguir con cualquier deporte y es mucho menos exigente adquirirla vía bici que a través de duras y lesivas sesiones de carrera.

 
Lo realmente importante de la carrera de un IRONMAN es llegar con la frescura suficiente como para poder correr tan lejos como puedas y evitar, en la medida de lo posible, caminar. Por cada kilómetro que corras estarás recortando cuatro, cinco o hasta seis minutos a tu marca final. No te puedes imaginar lo lento que pasan los kilómetros cuando los haces andando y lo duro que resulta reconocer que no has medido bien tus fuerzas.

 
Pero, corras o andes, tendrás la admiración de todos. Tú quieres ser IRONMAN y ahora es cuando tienes que demostrarlo. En esos momentos, los más duros, recuerda, el dolor es temporal, el orgullo es para siempre.

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