Wimbledon,
1987. Pat Cash acaba de derrotar al gran favorito del torneo, Ivan Lendl.
Exhausto, borracho de alegría, es preguntado en la conferencia de prensa
posterior por un periodista:
-Pat,
si no lo hubiera visto, no lo habría creído. Lo conseguiste. Has ganado
Wimbledon.
-Así
es. Esa es la gran diferencia entre la mayoría de la gente y yo. Tú crees que
tienes que verlo para creerlo. Yo creo que tú
tienes que creerlo antes para poder verlo. Eso es una gran diferencia, ¿no?
Esta es la esencia del IRONMAN. Para poder terminarlo, primero necesitas creer que eres capaz de conseguirlo. Tienes que tener fe en ti mismo y esforzarte al máximo para conseguirlo. Y si hay una parte donde el reto se muestra desnudo, tal cual, es en el segmento de carrera. Cuando las fuerzas ya están agotadas, cuando crees que has dado todo, ahí empieza el verdadero IRONMAN. Es ahora o nunca.
Por
poner un ejemplo, mi mejor tiempo en maratón es 2:58. Sin embargo, mi mejor
marca en maratón de IRONMAN es 3:27, es decir, 30 minutos más, casi 45 segundos
más lento por kilómetro. Y os aseguro que no es un caso aislado.
En
resumen, que la preparación tiene que ir enfocada a tener una carrera muy
resistente, especialmente tras una bici exigente, aunque no es necesario que
sea especialmente rápida.
Dado
que los ritmos de carrera son relativamente suaves es suficiente dedicar a la
carrera en torno a un 20%-25% del tiempo total de entreno.
Recomiendo hacer una carrera en transición semanal después de la sesión larga de bici (lo que los americanos llaman gráficamente "brick"), para acostumbrar las piernas a las sensaciones que encontraremos en los primeros minutos del segmento a pie. Treinta minutos suele ser suficientes.
Recomiendo hacer una carrera en transición semanal después de la sesión larga de bici (lo que los americanos llaman gráficamente "brick"), para acostumbrar las piernas a las sensaciones que encontraremos en los primeros minutos del segmento a pie. Treinta minutos suele ser suficientes.
Y
otro día hacer una tirada larga de
carrera, creciente hasta unas cuatro semanas antes de la prueba, llegando hasta
unas dos horas de duración, no más. Frente a algunos
entrenadores que recomiendan hasta tres horas de tirada larga para el IRONMAN,
yo creo que los riesgos de una lesión o, al menos, un excesivo desgaste,
superan los posibles beneficios de una sesión tan exigente.
La
sesión larga de carrera siempre la hago en split negativo. Es decir, parto la
sesión en dos, generalmente un ida y vuelta, y trato de hacer la segunda mitad
(la vuelta) más rápido que la primera (la ida). Eso tiene un doble efecto
beneficioso: por un lado, me ayuda a ser más exigente en el tramo final, lo que
me prepara para los momentos finales y duros del IRONMAN, y, por otro lado, acabo
rápido, lo que, psicológicamente, se convierte en un excelente motivador para
continuar el entreno los días siguientes.
Ambas
sesiones son PINK DAYS (lección 7). Fuera de eso, considero que la capacidad
aeróbica se puede conseguir con cualquier deporte y es mucho menos exigente adquirirla vía bici que a través de duras y lesivas sesiones de
carrera.
Lo
realmente importante de la carrera de un IRONMAN es llegar con la frescura
suficiente como para poder correr tan
lejos como puedas y evitar, en la medida de lo posible, caminar. Por cada
kilómetro que corras estarás recortando cuatro, cinco o hasta seis minutos a tu
marca final. No te puedes imaginar lo lento que pasan los kilómetros cuando los
haces andando y lo duro que resulta reconocer que no has medido bien tus
fuerzas.
Pero,
corras o andes, tendrás la admiración de todos. Tú quieres ser IRONMAN y ahora
es cuando tienes que demostrarlo. En esos momentos, los más duros, recuerda, el dolor es temporal, el orgullo es para
siempre.
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