martes, 10 de diciembre de 2013

LECCION 1: EL TRIATLETA RAZONABLE o cómo ser un IRONMAN y no morir en el intento


Después de más de 12 temporadas haciendo triatlón y 11 veces finisher en IRONMAN, creo que ha llegado el momento de saldar mis deudas con el triatlón. Ha sido mucho lo que he recibido y quiero, de alguna manera, compensarlo aportando a la comunidad un compendio de las enseñanzas de todos estos años.
 

A lo largo de estas lecciones breves intentaré transmitir aquellas cosas que creo que te ayudarán a descifrar ("cracking") el código que se encuentra tras el reto del IRONMAN.
 
 
 
 
 

Me costó muchos años darme cuenta que los triatletas populares tenemos una tendencia natural a entrenar de más. Siempre pensamos que nuestra mejora sólo es posible si entrenamos más y más duro. Nuestros mantras son “cuanto más, mejor” (“the more, the better”) y “sin dolor, no hay ganancia” (“no pain, no gain”). Peleamos cada semana contra el trabajo, la familia, nuestro propio cuerpo, para poder completar cada vez más volumen y con más calidad.

 

Y, generalmente, este método va teniendo éxito, en la medida en que no alcanzamos el límite de nuestra capacidad. Sin embargo, en esa evolución, llega un momento en que la curva del rendimiento deja de crecer, para llegar a aplanarse o incluso a descender. ¿Cuál es la razón?

 

Casi desde mis inicios en el triatlón llevé un diario de entrenamiento. Consistía en una simple hoja de Excel donde anotaba el tiempo de entreno, la distancia y una breve descripción de las sesiones. Con el tiempo, se ha convertido en una herramienta magnífica, porque me ha permitido comparar mis mejores temporadas con otras no tan buenas. Y en ese análisis he podido ver cómo no siempre más entrenamiento ha significado tener una temporada mejor y cómo, sin embargo, otras variables externas han podido influir decisivamente (cambios profesionales, problemas familiares, …).

 

La conclusión que saco de ese análisis es que lo realmente determinante no son las horas de entreno, ni siquiera la calidad de las sesiones, sino la capacidad del triatleta para asimilar el volumen y la calidad realizados.

 

Entonces, querido triatleta, te preguntarás, ¿cuánto volumen y calidad son óptimos? La respuesta es tan sencilla como inabarcable: deberás hacer tanto volumen y calidad como seas capaz de asimilar sin dejar de ser un TRIATLETA RAZONABLE.

 

Pero ¿qué es un TRIATLETA RAZONABLE (en adelante, TR)? El hombre o mujer que practica triatlón, lo disfruta, lo hace de manera saludable y, además, es capaz de equilibrar familia, trabajo y ocio. ¡Casi nada!

 

Empezarás a intuir las dificultades que entraña convertirse en un TR, pero te garantizo que los beneficios merecen la pena. Por desgracia, no existe una fórmula única para llegar a serlo, ni siquiera una medida de la razonabilidad. Tú mismo tendrán que descubrir el camino y determinar si has llegado o no a ser un TR.

 

Sin embargo, yo no te voy a dejar sólo en esa búsqueda. Desde aquí te prestaré las herramientas que yo he utilizado estos años para llegar a serlo. Ten paciencia. Otro día te hablaré de la FLUIDEZ.

 

 

 

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