domingo, 15 de diciembre de 2013

LECCION 3: RUN ON FRESH LEGS o la regla de oro del IRONMAN


Ha llegado el momento de la verdad. En la lección 3, sin esperar ni una sola lección más, te abro el libro de la sabiduría del IRONMAN, el santo grial, la piedra Rosetta con la que entender todo lo que se esconde detrás de esta prueba. La “golden rule” (la regla de oro).

La regla de oro para hacer un buen IRONMAN es “RUN ON FRESH LEGS”, algo que podríamos traducir como “corre con piernas frescas”, “descansadas” o, más coloquialmente “corre con buenas piernas”.

Ya está, ya lo he soltado. Ahora, si quieres dejar estas lecciones en este punto, te garantizo que habrás dado un paso de gigante en tu conocimiento de la preparación del IRONMAN. Si me ves por la calle, recuerda darme un abrazo y darme las gracias. Te acabo de regalar el conocimiento más esencial que he podido obtener de 11 IRONMAN.


 En un IRONMAN, el segmento de bici suele extenderse, dependiendo del perfil, entre unas cuatro horas y media para los pros hasta ocho o nueve horas para los más rezagados. Esta parte constituye la que más tiempo ocupa en el crono final. Sin embargo, la importancia del segmento no está en sí mismo, sino fundamentalmente por la influencia que tiene en la carrera posterior.

Hay varios estudios que indican como la dispersión de tiempos en el parcial de carrera es mucho mayor que en el de bici. Eso quiere decir que la gente hace un esfuerzo por hacer un buen parcial de bici, aun a costa de quemar una parte importante de sus reservas, lo que luego se acaba pagando en la carrera.

En todos y cada uno de los IRONMAN que he disputado, he visto caminar triatletas en el segmento de carrera desde los primeros kilómetros. ¿Cómo es posible que una persona que hace 180 kilómetros en bici sabiendo que luego tiene que correr una maratón, puede agotar todas sus reservas antes ni siquiera de empezar a correr? Evidentemente, un error de cálculo y una sobreestimación de las propias capacidades.

En otra lección te enseñaré como dosificar los esfuerzos y como gestionar tu “banco de energía”, pero de momento recuerda que si no consigues hacer una bici que te deje unas piernas lo suficientemente frescas para hacer una maratón decente, vas a pasarlo muy mal y se te va a hacer muy, muy largo. Te lo digo por experiencia.

Hagamos unos números muy sencillos. Cojamos un triatleta que haga una maratón decente en un IRONMAN. Elegimos uno que haga un parcial que quede en la clasificación de la mitad para adelante. Eso puede corresponder a 6:00 por kilómetro. Los que vengáis de la carrera y no hayáis hecho un IRONMAN os parecerá un ritmo muy asequible, incluso ridículo, pero os garantizo que es un excelente registro para un triatleta popular (corresponde a un 4:13 en maratón). Si ese triatleta, con capacidad para hacer ese registro llegando con piernas al maratón, hubiera hecho un esfuerzo algo mayor en la bici, seguramente tendría que haber caminado durante algunos kilómetros en la carrera. ¿A qué coste? Pues entre cuatro y cinco minutos de propina por kilómetro. Un mundo.

Si hiciéramos un esfuerzo extra en la bici para, digamos, subir la media de 29 a 30 km/h, nuestro crono en el parcial mejoraría algo más de 12 minutos. Sin embargo, esa ganancia la perderíamos con sólo tres kilómetros andando. Y os aseguro que subir la media de la bici un kilómetro por hora durante 180 kilómetros exige una buena dosis de energía que nos impedirá cumplir con nuestra regla de oro: RUN ON FRESH LEGS.

Por eso, cuando ayudo a preparar un IRONMAN siempre insisto en la necesidad de correr lo más lejos posible, sin caminar, y eso sólo es posible con una bici prudente. Todo ello tiene que tener reflejo en cómo entrenamos.

No te impacientes. En las próximas lecciones te diré cuánto y qué entrenar.

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